Las notas periodísticas se difunden aquí, con fines de discusión y reflexión del movimiento. No necesariamente expresan el punto de vista de las organizaciones de la Convención Nacional contra la Impisición.
Organizadores sortean obstáculos y califican el cerco de éxito rotundo
Despliegue policiaco dificulta la organización
Reprochan apoyo
ilegala Peña
Foto José Carlo González
Arturo García, Emir Olivares y Laura Poy
Periódico La Jornada
Sábado 28 de julio de 2012, p. 3
Sábado 28 de julio de 2012, p. 3
En un hecho sin precedente, el movimiento
#YoSoy132 impuso durante 24 horas un cerco pacífico pero contundente a
las instalaciones de Televisa Chapultepec, para protestar contra
las mentiras y la manipulación informativadel consorcio de Emilio Azcárraga Jean. Lo lograron.
A pesar de los obstáculos ajenos y de las propias fallas de los convocantes, la acción fue calificada por los organizadores de
éxito rotundo.
El cerco policiaco impuesto en torno a las calles aledañas a la sede
de la televisora, el cansancio propio de la larga jornada (que se inició
antes de las 19 horas del jueves en el Monumento a la Revolución), las
incomodidades de pernoctar en plena vía pública, la desorganización que
por momentos se dio en algunos puntos, la falta de personas para
completar las vallas humanas y el exceso en otros sitios fueron sólo
algunos de los contratiempos que los manifestantes lograron sortear.
La llegada a Televisa ocurrió minutos antes de las 20 horas del
jueves. Culminaba así una marcha con ruta inédita: de la Plaza de la
República, por las avenidas Juárez y Balderas, hasta llegar a la esquina
con Chapultepec.
El colectivo estudiantil estuvo acompañado por organizaciones como el
Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco y el
Sindicato Mexicano de Electricistas, así como por muchos ciudadanos sin
filiación partidista o sindical, familias incluso.
Reprocharon el
apoyo ilegalal candidato presidencial priísta, Enrique Peña Nieto, a quien reiteraron hasta el cansancio su rechazo.
Se escucharon consignas que en los últimos meses se han repetido una y
otra vez lo mismo en las calles y plazas públicas, que en redes
sociales:
Peña Nieto no ganó, Televisa lo eligió;
IFE cobarde, corrige el pinche fraude;
México, sin PRI.
Y en carteles, mantas y pancartas se podían leer otras, con similar convicción:
Estamos en resistencia, prohibido rendirse;
No aceptamos como futuro una sociedad dirigida por la televisión;
No pidas que respete el resultado de un proceso que no respetaste.
La instalación del cerco se formalizó tras la lectura del manifiesto
del movimiento #YoSoy132, en el que insistieron en su demandas
esenciales: democratización de los medios informativos, elecciones
limpias y equitativas y la no imposición de Peña Nieto porque representa
a un
régimen de corrupción y represión. Dos puntos más son la cancelación del modelo neoliberal y la reforma a los sistemas educativo y de salud.
Tras concluir el posicionamiento político, comenzaron los
preparativos para la madrugada: se armaron las casas de campaña y
aparecieron las chamarras gruesas y las bolsas para dormir.
Pese a algunas tensiones y discusión en la organización de las vallas
humanas, la madrugada transcurrió en calma. Debido al cerco de la
policía capitalina, los cordones de seguridad de los manifestantes
estuvieron divididos, lo que dificultó la organización y comunicación.
Compañeros, falta gente allá atrás, era una de las frases más escuchadas. Los manifestantes, sobre todo jóvenes estudiantes, corrían hasta donde se solicitaba el apoyo, incluso con todo y las casas de campaña ya armadas.
Los Artistas Aliados, que se han caracterizado por ser el cerebro
creativo del movimiento, iniciaron la proyección de varios videos y
películas.
En otra esquina se organizó una tocada donde se escucharon diferentes
ritmos: rock, rap y blues. Desde otro punto sonó el Payaso del Rodeo, y
fue tal el ambiente de confianza que muchos de plano dejaron las
inhibiciones y bailaron.
A espaldas de la televisora, en uno de los cercos de la calle
Doctor Lavista, ante la falta de un contingente numeroso, una chica de
plano tomó su jarana y organizó un fandango. Poco a poco logró su
objetivo: la gente se comenzó a congregar en ese sitio y hasta zapateo
hubo.
Conforme avanzaron las horas el cansancio cobró cuentas. La jornada
había sido larga: ocho horas habían pasado y les faltaban muchas más.
Como y donde pudieron se acomodaron para dormir.
Poco antes de la salida del sol, de nuevo en pie.
A reforzar las vallas;
Levántense. A luchar, no a dormir. Los manifestantes fueron despabilándose a la luz del sol, que se mantuvo pleno la mayor parte del día.
Una acalorada discusión ocurrió entre varios sectores de los
activistas y la comisión de seguridad. El motivo: el cambio de turno de
los policías que resguardaban el edificio de la empresa. Eran tantos
(autoridades capitalinas hablaron de 2 mil efectivos), que puede decirse
sin exagerar que el primer cerco lo hicieron ellos.
También causó tensión la llegada de trabajadores de Televisa. El
acuerdo era que cualquiera podía salir, pero no entrar. El problema es
que pagaron justos por pecadores, como el taquero que quería llegar a
abrir su negocio.
A ver tu credencial, exigió uno del cordón de seguridad, tomándose muy a pecho su papel. El interpelado reviró:
¿cómo credencial de una taquería?
Con el paso de las horas, el número de manifestantes volvió a crecer y
volvieron a ser miles. El día transcurrió entre más consignas, lectura
de poesía, conferencias sobre el
contubernio y los abusosde los poderes políticos y económicos, música en vivo y grabada.
La tranquilidad del cerco sólo fue rota por un policía que intentó
confrontar a algunos integrantes de la valla de seguridad, pero sus
jefes actuaron con prudencia y lo retiraron del lugar.
Si bien la acción fue convocada por #YoSoy132 y organizaciones
adherentes, la ciudadanía sin militancia, como ha ocurrido en otras
manifestaciones, asumió su propia responsabilidad y protagonismo.
Así, en un punto del cerco estuvo la enfermera Reyna Ayala, despedida
del Hospital Juárez hace medio año, quien ha vivido en carne propia las
carencias y omisiones de las políticas oficiales en materia de salud
pública.
En otro punto estaba la estudiante de relaciones internacionales
Daniela Moreno, quien radicaba en Los Ángeles, desde donde se sumó,
primero, al Movimiento Regeneración Nacional, que apoya a Andrés Manuel
López Obrador, y posteriormente a #YoSoy132. O la madre de familia que
vino desde Saltillo con sus dos hijos, porque
ya no se puede vivir así.
Por ahí caminaba y observaba el músico Guillermo Briseño, testigo y
participante de viejas batallas, a quien se pidió expresar su visión
sobre el movimiento. Dijo que, con sus particularidades, en realidad es
el mismo que hace 200 años peleó por la independencia, hace 100 en la
revolución y en el 68 fue reprimido sangrientamente en la Plaza de las
Tres Culturas.
Para recordar el objetivo primordial del cerco, una de las últimas
acciones realizadas fue destrozar tres televisores, símbolo de todo lo
que representa la empresa cuestionada.
Al mismo tiempo, algunos paseaban entre la gente una gran caja como
una gran televisión a través de la cual se veía a la multitud
congregada. Junto se leía:
esta es la verdadera noticia.
La acción sintetizaba la principal demanda de #YoSoy132 y quienes, en todo el país, los apoyan:
queremos una televisión democrática, plural, diversa, que nos vea a todos.
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